De vuelta a los orígenes ... varias hojas de una eterna integral matemática que creí resolver ... no importa cuan cuidadoso haya sido, el resultado no coincidió. ¿"Errar humano es"? claro que si, lo lógico es cuestionarse uno antes. Motivado por la frustración, por la pena o la rabia pensé cuidadosamente donde estuvo la falla, pero no pude verla ... así que el argumento mas cercano fue creer que no era lo suficientemente bueno, y fin del asunto. Así fue como varias horas de un bello día se fueron ... encerrado en una caja, atado de manos, y ciego de espíritu.
Un día Lunes a eso de las 9 de la noche alguien vino y tomó mi caja, la dio vuelta y caí aparatosamente, aún atado de manos, pero con el espíritu mas quebrantado que ciego. Puede sonar ridículo, pero caí desde tan alto que hubiese preferido quedarme en mi cajita, decorada de tal forma que estar ahí podía ser un paraíso capaz de llenar mi vida y hacerme sentir que no necesitaba nada mas. Cuento corto, me golpee la cabeza y perdí la consciencia. Horas mas tarde desperté, me miré en el espejo y no pude reconocerme ... tenía mas pelo, menos barba y mis patas de gallo no estaban tan acentuadas. Me asusté ! fue como retroceder en el tiempo contra mi voluntad.
Desorientado corrí a buscar mi caja, la abrí, pero en ella no encontré nada, ese paraíso al que anhelaba volver no existía mas o quizá nunca existió, no lo se. Revisé mis bolsillos y no saben lo que encontré ... aquella integral que no pude resolver. Busqué una goma y la borré ...
... Cuanto tiempo perdido, las matemáticas quizá no son lo mío.